Tiempo Perdido (¿?????)


Por Carolina Ruz

Quisiera contar mi experiencia personal en torno a mi regreso a Chile, con dos niños pequeños en los brazos. Antes que nada no me considero una caso de asistencia social, aunque a veces si necesito un apoyo mas allá de mis fronteras doméstica que me recuerde que el papel de socialización que realizo cada día, lo han realizado miles de otras mujeres en la historias de este siglo. Y que al igual como tantas otras mujeres reflejo una condición de la división social del trabajo (separación entre mundo privado y mundo público)
Porque una de las cosas que me ha pasado es que no tengo tiempo y a estas alturas pareciera asumir el concepto de tiempo que tiene el sistema capitalista, es decir que el tiempo dedicado a la maternidad es tiempo perdido en el mercado productivo. Que lo asuma no quiere decir que estoy de acuerdo con esto. El tiempo dedicado al cuidado de mis hijos me deja un margen estrecho al final del día que no alcanza a ser utilizado en mis intereses (leer una novela, estudiar, escribir o entrar a las páginas de Internet que me interesan), pero que sin embargo es un tiempo que considero importantísimo.

Si las madres pudiéramos entrar en las estadísticas sobre el uso del tiempo al igual como entramos en las estadísticas sobre participación en la fuerza de trabajo, (las encuestas de uso de tiempo son una herramienta eficaz para medir pobreza.), se podría visualizar cotidianamente el esfuerzo de organización, de stress y de horas de trabajo que aportamos a la sociedad.
Al ser un caso estadístico, es importante resaltar la importancia que tiene el tiempo que utilizamos en las labores asociadas a la reproducción social, lo que revela entre otras cosas, las capacidades y necesidades individuales que tenemos cubiertas por el Estado y las que no cubre este sistema social (más importa que lo cubra el Estado que el Mercado). Estas necesidades bien pueden y deben estar traducida en derechos sociales y ciudadanos (acceso a transferencias estatales, políticas de conciliación trabajo y vida familiar, y la repartición igualitaria del trabajo de cuidado familiar con los hombres).

Pero ¿que me pierdo?; pues pierdo probabilidades de encontrar mejores trabajos (y mejores oportunidades de recreación, de encuentros con amigas,…), y la otra pregunta central es ¿que probabilidad tengo de ejercer plenamente en el plano laboral mis capacidades profesionales al igual que un hombre?.

¿Cual es la responsabilidad central que te asigna la sociedad como madre?: la respuesta es el cuidado de los hijos, pero para efectuar ese cuidado tenemos que sacrificarnos tanto? ¿O la Sociedad en su conjunto debe hacer un esfuerzo por compensar la función de cuidado que ejercen las mujeres en el plano de la familia?

En una Encuesta reciente que realizó el Instituto Libertad y Desarrollo en Mayo, con una muestra de 500 hogares con hijos menores de 18 años en la región metropolitana, cuando se pregunta si a juicio de los entrevistados cuáles instituciones tienen mas peso en el fortalecimiento de la familia; ( si la iglesia, los medios de comunicación, los tribunales de justicia, la legislación vigente, o el congreso ) resulta que, un 56% piensa que es la Iglesia quien es responsable del fortalecimiento de la familia. Lo que sigue, en otro ítems de la encuesta es una pregunta acerca de el futuro de los hijos y un 69% de la muestra piensa que lo mejor es que la madre trabaje tiempo parcial y un 38% que la madre no trabaje ( ¿????)

Signos de interrogación me llevan a cuestionarme tales convicciones acerca del rol que tienen las madres en el futuro de los hijos y la disyuntiva entre sus vidas personales y la vida para los otros. Porque por ultimo yo podría pensar ¿Quien es la iglesia para decirme a mi , que lo más importante de mi vida es la función que realizo con mis hijos?. Frente a esto yo puedo hacer dos cosas: acatar ese mandato al cual no adhiero y no cuestionarme nada de nada, porque así lo dicen “las instituciones” o simplemente indagar en otras fuentes menos cercanas al conservadurismo. Yo creo que en Chile existen esos dos caminos alternativamente opuestos de pensarse en la realidad: acatar la responsabilidad y el rol que te asignan las instituciones más importantes de la sociedad, es decir asumir a la sociedad patriarcal o buscar la forma de ejercer mis derechos de ciudadana. Lo que implica también reencontrarme con un conocimiento sobre la realidad de las mujeres que específicamente está más cercano al feminismo que a otro tipo, pero que esta mucho mas lejos de las ciudadanas de este país.

Para concluir quisiera decir que creo que la inmensa mayoría de las mujeres madres lo que busca es compatibilizar la vida laboral con la vida familiar, pero compatibilizar significa para las mujeres trabajar menos y por ende ganar o no ganar lo mismo?. Porque resulta que lo que están diciendo las estadísticas es que a igual trabajo de los hombres recibimos menos salarios. Entonces se nos pagará lo mismo?, y por último: A todas por igual?, sin diferenciar nivel educativo, capital cultural y capital social?
CAROLINA RUZ
CR1 Instituto de estudios cercano a los sectores conservadores del país

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Movimientos ciudadanos: Una nueva forma de hacer política

Por Inés Cheuquelaf Bradasic


Hace un par de semanas asistí junto a otras compañeras del Colectivo Hijas de la Tierra a una conferencia que dictó el sociólogo alemán Ulrich Beck en Barcelona. Más allá de las molestias propias de la traducción simultánea... no pude dejar de sorprenderme y coincidir con los lúcidos planteamientos del ideólogo de la sociedad del riesgo.

La sociedad del riesgo es el nombre que Beck pone a la generación postindustrial en donde los medios de dominación cambian a raíz del fin de la modernidad. Hecho que viene aparejado con el fenómeno de la globalización. Beck, plantea estos cambios a través de diversos tipos de revoluciones: la microelectrónica, la femenina, la ecológica y la socio-política.

Sin duda el trabajo como actividad ha cambiado. Sino sólo pensemos en las horas que pasamos frente a un ordenador. En la mayoría de los casos la actividad profesional se ejerce desde lo digital. la “industrialización clásica” paso a segundo plano y se desarrolla notablemente la plataforma del trabajo-virtual.

Las mujeres van ocupando otros espacios que antes les eran absolutamente ajenos. Avanzamos hacia “lo público”, tanto en el plano laboral y socio-político. A este hecho, se suma el crecimiento de la preocupación colectiva por el medio ambiente. En la actualidad el calentamiento global y sus consecuencias, son tema primordial para las agendas políticas y sociales de muchos países del mundo.

Ahora, ¿cómo confluyen estas “revoluciones”?... está pregunta da lugar – a mi parecer – al fenómeno más notorio de la sociedad del riesgo: el nacimiento de movimientos ciudadanos como alternativa al rol del estado moderno y la conformación política que le es propia.

Los ciudadanos ya no esperan que sus gobiernos tomen el rol “paterno-protector”, ahora son ellos mismos quienes se movilizan por las distintas demandas que las organizaciones políticas de la época moderna no han sido capaces de resolver.

El papel de los medios de comunicación, hace que los ciudadanos estén al tanto de lo que pasa a uno como a otro lado del planeta. Somos conscientes de que tanto una guerra de carácter étnico como la de los Balcanes; o de dominación como en Irak; o una catástrofe natural; o un atentado terrorista están a la vuelta de la esquina y en cualquier momento pueden tomar como escenario nuestra propia existencia.... aquí se genera la toma de consciencia del riesgo, los riesgos que corremos cada día.

Es cierto, vivimos con miedo, y este sentimiento despierta la necesidad de controlar todos los aspectos de nuestras vidas. Nos volvemos hacia nosotros mismos. Somos más individualistas. Las relaciones sociales cambian. Reflejo de ello es la mutación de la familia tradicional como núcleo de la sociedad.

Sin embargo, no todo es miedo. Aparece una nueva forma de hacer política.... las organizaciones ciudadanas levantan la voz para reclamar lo que las organizaciones tradicionales como los gobiernos y los partidos políticos no han escuchado.

El movimiento okupa como una alternativa de vivienda y de autogestión cultural en una sociedad donde la especulación inmobiliaria crece y crece. Los medios de comunicación social alternativos que recogen las inquietudes de colectivos de personas (¡como nosotras!) y que no tienen espacio en los grandes consorcios de comunicación masiva. Organizaciones ecologistas (GreenPace, WWF), asociaciones sin fines de lucro como las Ong's que miran fundamentalmente al tercer mundo, asociaciones de Software Libre, que hacen la guerra al imperialismo informático y la brecha digital.

Estas organizaciones ciudadanas - y muchas más- se constituyen en la actualidad como la alternativa de una sociedad que abandona los patrones propios de la modernidad para hacerse cargo de sus problemas más inmediatos.

A pesar de todo el riesgo y el miedo que provoca, hay ganas de luchar.... la ACCION CIUDADANA es reflejo de ello.

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